Los hijos de Mambrú.
No oculto mi fervor por el maestro Berlanga.
Nunca lo he hecho y si estuviésemos en U.S.A. mañana me liaba a rodar un remake de LA ESCOPETA NACIONAL sin pensármelo. Corren tiempos en los que la genialidad del guión creado por el binomio Berlanga/Azcona, está más en boga que nunca.
De ahí que, cuando se me propuso hacer una serie web, estuve varios días dando vueltas a diversas ideas, todas ellas amparadas bajo el protector manto berlanguiano.
No quería hacer otra versión casposa de FRIENDS ni una de esas de cabezas parlantes sentadas en un sofá. Tampoco me atraían las historias de jovenzuelos compartiendo piso con sus triángulos amorosos y demás. O sea, no soy moderno.
Una noche de enero me puse por enésima vez LA VAQUILLA y, de nuevo, volví a reírme y a dar gracias por haber tenido la ocasión de conocer a un verdadero genio. En esas andaba cuando se me iluminó la bombilla; ¡oye! ¿Y una serie-web sobre la guerra civil…?
Cuando me fui a la cama le recé al maestro y éste, en sueños, me contestó con una de sus geniales frases: «Vaya cagada hijo, una serie web…».
Días después compartí unas copas con Benito Zambrano, que gentilmente vino a ver mi obra de microteatro LLÁMAME PAPÁ y me contaba con disgusto el presunto hastío del público hacia las películas de la guerra civil. Vaya, eso no pintaba bien para la idea que iba cuajando en mi cabeza, así que, visto lo visto, decidí releer las memorias de San Luis G. Berlanga ¨(BIENVENIDO MISTER CAGADA, de Jess Franco) y en ellas encontré, como de costumbre, la inspiración…
Decía el ingenioso creador, a tenor del estreno de LA VAQUILLA, que esta no era una película de la guerra civil, sino una película en la guerra civil. ¡Claro! ¡Esa es la clave!
Y en aquel precioso instante quedé embarazado de la idea; días después vino el parto. Florenci, Orestes, Modesto y Tomás, serían los protagonistas de la historia. Cuatro desgraciados. Cuatro perdedores cuya única misión en el conflicto era salir vivos de allí. Me gusta retratar las miserias humanas, tal vez porque es el más realista de los ángulos desde el que poder apreciar a la persona en su totalidad. En tiempos de vacas gordas, todos ocultamos las nuestras pero, ¡ay, amigo!, en la adversidad, son las miserias las que cogen el volante y nos conducen allá donde más a salvo esté nuestro culo; caiga quien caiga.
Mañana me dispongo a rodar el primer capítulo de LOS HIJOS DE MAMBRÚ. Además he recuperado, de momento en tareas de guión, a mi antiguo socio y siempre amigo, Mario Bravo, cuyo blog es de obligada lectura.
Dedicado, como no podía ser de otro modo, al maestro, don Luis García Berlanga.

Que buena pinta!!! felicidades Oscar por estar ahí y seguir dandonos lo mejor de ti!
Un beso fuerte!