Gema G. Regal, la perfecta ayudante de dirección.
En esto del cine un buen técnico es algo tan importante como un buen actor, y en ambos casos, cuando das con uno, sabes que has encontrado oro puro.
Hace unas semanas, mientras veía con un distribuidor un primer montaje de mi película RE-EMIGRANTES, le llamó la atención una enorme biblia de vestuario confeccionada por Gema G. Regal y se quedó atónito. La estuvo hojeando y no dejaba de maravillarse y de repetir que, aquel trabajo, no lo había visto ni en producciones con muchos ceros a la derecha en el presupuesto. Y ese trabajo era obra y gracia de mi querida Gema G. Regal.

Gema está desde el principio en mis producciones, en la pre-producción es a ella a quien le cuento mis ideas, le hablo de los futuros personajes e incluso pruebo algunos chistes del guión. Naturalmente es mi revisora de guiones, la que me dice «Óscar, este chiste es demasiado bárbaro, ¡pero me da risa, déjalo!» ¡Pero es que además es una excelente jefa de vestuario! Su uso del color ha sido el toque distintivo en RE-EMIGRANTES, de igual manera que su intuición y buen gusto supuso un impulso definitivo al vestuario de LA ESPINA DE DIOS, razón por la cual es candidata al Goya.
Durante el rodaje Gema es mi mano derecha, mis ojos y mis oídos, la sonrisa que calma los nervios de los actores y, por encima de todo, la responsable de que cada día rodemos lo que estaba estipulado en el plan de rodaje que, con un acierto sobrecogedor, confeccionó meses antes.
Recuerdo a mi amiga Fedra Lorente durante nuestro último rodaje juntos (LA ESPINA DE DIOS) que no dejaba de decir, ¡esta chica hace lo que cinco tíos!. Y era verdad.
En RE-EMIGRANTES la podías ver dando claquetazos, comunicándole a los actores el vestuario de la escena, ¡planchando camisas de los personajes!, charlando con Fernando Esteso, riéndose a carcajadas con Zack Molina o José Agustín Durán, vigilando de cerca a los jóvenes y díscolos Álvaro Palomo o Victor Octavio, revisando la continuidad de las escenas, dedicando aplausos y admiradas palabras a Valentín Paredes, poniéndose seria, muy seria, cuando la ocasión lo requería, echando una mano a mis indispensables Sergio Hidalgo y Sergio Martínez con el sonido o las luces, y diciéndome cuál es el siguiente plano a rodar.
Sí, lo sé, lo sé. Sin esta gallega multi-tarea, no sería posible sacar adelante el trabajo.
He tenido varios ayudantes de dirección durante mi carrera, de todos guardo un buen recuerdo, pero es de justicia reconocer que mi Gema es, por derecho propio, la mejor ayudante de dirección que he tenido, y siendo franco, que he visto en toda mi vida.
Así las cosas he pensado que es de justicia dedicarle esta breve postal porque, a veces, los que más cerca tenemos son a quienes menos agradecemos su dedicación. Gracias Gemita, lo sabes bien, sin ti, sería imposible.
Eres una ayudante de cine, ¡qué coño!, ¡eres una mujer de cine! En todos los sentidos.
Y además de guapa por dentro y gran profesional como tú mismo nos revelas, también es guapa por fuera, muy, muy guapa. Joyas como ésta hay pocas, así que mímala y cuídala con todo esmero. Salut.
¡Así lo haré Alber! ¡Gracias por tan hermoso comentario!