EL DIARIO – Construyendo sueños.

Mañana puedo estar muerto.
Quizás esta sería la respuesta que tendría que dar a los muchos que me han interrogado por el frenético ritmo de trabajo de Dehón Producciones. Si no lo he hecho es por respetar el contrato implícito según el cual en esta sociedad nunca se habla de nada importante. Sin necesidad de ponerme dramático, si es cierto que mañana podrían ofrecerme el puesto de vigilante de una playa paradisíaca o andar persiguiendo las faldas de alguna fémina que me hubiera trastornado… Esto es, para bien o para mal, el tiempo siempre se acaba y es mejor aprovechar las oportunidades cuando se presentan y no andar mareando la perdiz.

Comenzamos en estos días con las sesiones de escritura de El Diario, nuestro tercer proyecto en lo que va de curso. Realmente es una buena marca, más aún teniendo en cuenta que hace un año la idea de dedicarnos al cine se encontraba hibernando en el cajón de los deseos imposibles. Pero echando la vista atrás, no me aqueja ni un ápice de pereza por el trabajo realizado y mucho menos por el que está por venir.

Cine y cementerios, un tema recurrente...
Cine y cementerios, un tema recurrente…

Salvando el subidón de adrenalina que nos posee a la hora de enfrentar el rodaje, la fase de escritura es mi favorita. Es ese momento en que todo es posible y uno no puede evitar sentirse como una suerte de demiurgo que tuviera entre sus manos la materia más poderosa del universo. La imaginación teje sueños que luego la realidad se encargará de desmontar, transformar o engrandecer. Pero no tiene precio este momento de inventar realidades cuyo fin último es conmover, asustar o emocionar al público.

Nuestro proceso creativo es caótico porque, aunque pueda sonar vanidoso, nos lo podemos permitir. Funcionamos bien así. Naturalmente trabajamos con un objetivo, una historia a la que dar forma, pero hasta que no concluimos divagamos con frecuencia y nuestras reuniones de escritura suelen acabar en charlas sobre lo divino y, sobre todo, lo humano. De pronto nos encontramos en un punto que nada tiene que ver con la historia que estamos tejiendo ¿o tal vez sí? Tal vez sea importante ese receso, ese permitir que la historia se airee para poder volver a ella con cierta distancia y ser objetivos a la hora de juzgar si a la prenda le asoman las costura. Y en ocasiones de esas divagaciones surgen nuevas ideas que enriquecen el proyecto.

Partiendo de una idea general y unas cuantas particulares. Vamos avanzando en lo que será el guión: Probando ideas, eliminando otras, hasta dar con el punto exacto que transmita lo que nos proponíamos expresar.

Mario Bravo

Director.